
El pincel corría sobre el papel con furia, destrozando la hoja de negro.
Mis lagrimas caían y mojaban la pintura. Se escuchaba como gritabas mi nombre: DALÍ, DALÍ.
SAVE ME.
Olí la pólvora, y el recuerdo de tu sonrisa invadió lo único que me quedaba.
Fue un disparo, y después, todo negro.
:)
ResponderEliminarAmo a Dalí