domingo, 5 de septiembre de 2010

Save me

El pincel corría sobre el papel con furia, destrozando la hoja de negro.

Mis lagrimas caían y mojaban la pintura. Se escuchaba como gritabas mi nombre: DALÍ, DALÍ.

SAVE ME.

Olí la pólvora, y el recuerdo de tu sonrisa invadió lo único que me quedaba.

Fue un disparo, y después, todo negro.

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