lunes, 30 de mayo de 2011

Le moulin


Hipnotizada entre resoplidos tuyos. Aire tibio y empalagoso recorriendo mi cuello, caricias que me das con solo mirarme.

Y titubeo. Como siempre, como pelotuda. Caigo entre espirales de cuentos infantiles, siento flaquear mis rodillas y todo en mi se revuelve.

¿Qué hacés acá?

Siento una oleada de impulsos que me queman las pestañas. Estoy feliz y nerviosa y enojada y todo lo que soy capaz de sentir. Estoy y no estoy, porque me evaporé cuando sentí tu perfume rozar mi cuerpo.

Me tocas como si no hubiese pasado nada. Me tocas y siento a mis venas gritar como poseídas. Las siento gritar desde adentro, rompiendo viejos contratos que había logrado consolidar conmigo misma.

Así que no me doy vuelta y sigo caminando.

Podría haberte seguido escuchando, pero fue la vida la que me impulso a que saliera por donde había entrado ¿Qué querés que te diga? El amor es para enfermos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario