lunes, 21 de marzo de 2011

Niebla


Millones de miradas tuyas clavándose en mi interior. Puertas sin llaves ni candados, cosas que simplemente nadie logrará entender.

Decís que en otro mundo todo sería diferente. Sonreís y me abrazas, a mi- única víctima de una caza sin retorno- y después del cuarto suspiro de sorpresa, volves a morir.

Me quedo evaporada en tu propia niebla.

Donde tu nombre choca contra los muros –reflejos de los que una vez fuí- y retumba en mi garganta sin dejarme digerirlo.

Millones de miradas tuyas, y sólo una lágrima para volver a repetir por décima vez:

Por favor.

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