
Tenés los ojos oscuros, ¿Me tendrás miedo?
Siempre quise acariciarte las pestañas. Sos un mounstro digno de imaginar. Un águila que busca presa y una vez que la encuentra arranca, araña y lastima.
Tus palabras ya no me duelen. (eso me digo a mi misma)
Es la crueldad la que me hizo de piedra.
Y te voy a contar mi más oscuro secreto, a vos, a vos que me tenés en las palmas de tus manos.
En realidad solo soy dolor.
El resto de mí está durmiendo de la vida por ahora.
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