
Mi cabeza es egoísta, un día te quiere, otro día no tiene ganas.
Las palabras salen por si solas, no puedo controlarlas, se escapan de mi boca como suspiros de aire. Intenté retenerlas, quizás pausar el momento y dejar de hacerte daño.
Mi cabeza es un espiral de emociones, una especie de bestia que habita dentro de mí habla por sí sola, y mi cuerpo acata órdenes que no debería.
Y ahora sos lo único en lo que puedo pensar. Sos lo único que importa.
Pero cuando no estés vos,
El ardor en la garganta la enciende. Le excita saber que lo tiene todo, y se relame los labios con sabor al último extraño que cruzo por su puerta.
No tiene envidia de nadie, y sabe que nadie tiene envidia de ella.
Esa tipa está vacía.
Y el extraño que está en su cama la ve tomar vodka como agua, la ve después, horas mas tarde, dormir profundamente, con marcas oscuras tras sus ojos, y siente una especie de asco y ternura que no termina de comprender del todo.
El extraño se va, dejándola dormir, pero no la besa en la boca como despedida.
Después de todo, ella es un agujero negro.
Tiene miedo de desaparecer dentro de ella.