El viento te voló hacia mí. Y yo que pensaba que las cosas buenas no podían pasarme, llegaste con retazos dorados a empalagar mis noches.
Tus besos multicolor me inundan el pecho. La mariposa vuela y no sabe dónde posarse.
Tiene miedo.
Tenés que dejarla ser, ella sola va a abrir las alas.
Te necesito, no te vayas.
Ay, Mariposa Pontiac, ¿Qué va a ser de mí?
Sin tus caricias, nena,
¿Qué va a ser de mi?
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